Una luz iluminó aquel pasillo. Desde el fondo se podía percibir las voces de unas personas, unas personas realmente felices ya que se podía escuchar la risa de una mujer por toda la casa.
Alguien asomó su cuerpo por la esquina. Era una muchacha. Andaba indecisa apoyando sus manos sobre la pared como intentando no caerse, el chico iba detrás de ella agarrándola por la cintura mientras reía y le decía:no te vayas a quitar la venda de los ojos confía en mi.
Entraron en una habitación al final del pasillo a la izquierda. Era una habitación normal Como cualquier otra, a la entrada a la derecha, había un escritorio con una caja llena de rotuladores, en el fondo había una ventana q por el día iluminaba toda la habitación, justo debajo, una cama individual con unas sabanas de color azul cielo, a la izquierda se encontraba un armario de madera muy bonito y al otro lado de la habitación, a la derecha, un enorme espejo que tenia algunas fotografías colgadas a su alrededor.
El chico llevo a la muchacha hacia la cama, donde le dijo que se quedase quieta y la chica asintió. Empezó a notar como las manos de él iban subiendo su camiseta mientras iba acariciándola, hasta que se la quitó por completo. Ella soltó una risita pero seguía sin moverse. Él sin embargo se puso detrás de ella y le susurro al oído: túmbate en la cama boca abajo y no te quites la venda hasta que yo te diga.la muchacha intrigada le preguntó que tenía pensado hacer, y una amplia sonrisa se le dibujo en el rostro de él. Sabía que ella no tenia ni idea y esa sensación le encantaba.
Cuando la chica estaba perfectamente tumbada sobre la cama el se fue hacia el escritorio y cogió un rotulador negro.
Ella no paraba de mover los pies, pues ignoraba lo que iba a suceder. Y de repente él desabrochó su sujetador y dejó su espalda desnuda, tenía una piel preciosa y muy suave y sin pensárselo dos veces le quitó el capuchón al rotulador y comenzó a escribirle:
¿Sabes? me encantas. Para mi eres perfecta con todos tus defectos, me gusta cuando te ríes y arrugas la nariz o incluso cuando te pones nerviosa y te muerdes el labio, me encanta que te cabrees conmigo por cualquier tontería porque tu haces que las cosas se vean de una forma diferente, haces que las cosas sean fáciles, porque no importa lo que suceda que siempre estas ahí para arroparme con una de tus sonrisas.
Se que me cuesta expresarte lo que siento pero quiero que una cosa la tengas clara:No me importa perder mi tiempo contigo, no me importa pasarme semanas encerrado en esta habitación sin tener nada. Y ¿sabes porque? Porque todo lo que necesito esta aquí, ahora mismo, justamente ami lado tumbada en la cama con una venda en los ojos y la espalda pintada con un rotulador negro.Te quiero. >>
ya puedes quitarte la venda de los ojos le dijo. La chica se incorporó en la cama y de un salto se dirigió hacia el grande espejo. Allí contempló su espalda entera pintada y cuando terminó de leer no dijo nada. Simplemente miró al muchacho de soslayo y corriendo se tiró encima de él. Sus manos acariciaban la espalda de ella mientras se miraban y sonreían. Ella le cogió la cara con sus dos manos y le besó con tanta intensidad y tanta ternura que parecía haberse parado el tiempo en esa milésima de segundo
Solo para ellos dos.
