Súbito de nítido,
salté al anonimato...
calcinante hoy,
arrancando al calendario
los días, semanas, meses,
estruendosa sucesión,
dejando residuo frágil
cubriendo todo signo anterior,
alguna señal que enhebre
dicha y paz.
Gira inconcluso el coloquio
la alucinación de verla
que llegó, frente a mi está,
¡Que rompe el sello
de mis labios!
¡Mentira!
Me derrumbo en el sillón
y todo cae violentamente
hasta el sótano.
¿Dónde estoy? ¡Enciende la luz!
... y vomito amargamente...
Siento la polvareda que flota
hilvano jirones de vigilia,
lo que encuentro en todos lados,
en las gavetas, son escombros,
retazos, algunas lágrimas.
Recuerdo cuando dejé la orilla
y nadé en tu sin fin de azules,
y ahora el reloj me sorprende,
las agujas de las horas punzan,
tañen pesadas campanas,
intento saltar distante, huir,
con arrebato, tembloroso,
y ruedan las copas solitarias
falta la mesura
la plenitud de tus misterios.
yo jamás conseguí borrar el tiempo y ser feliz sin mi.