Me balanceo peligrosamente,
casi caigo, me aferro a la vida,
al pequeño iceberg
que se aleja del polo arrastrado
por las corrientes, rápidamente,
dejando atrás a mi familia,
mi mundo, a desconocido destino.
En mi angustia me pregunto
¿Cómo dormiré cuando el
cansancio y el sueño me venzan?
Hace horas que no he comido,
tengo mucha hambre...
Tiemblo, no encuentro estabilidad,
en mi vientre morirá el futuro,
estoy embarazada...
mi piel blanco impoluto muda,
se torna gris sucio, el frío se aleja.
¿Qué ocurre?
¿Tendrá relación con la historia,
de aquella terrible herida de hace años?
Recuerdo al abuelo narrando eso,
lo dolorosa y profunda que fue,
ocasionada por un arpón...
y como sobrevivió, matando al bípedo.
Se refresca mi memoria,
danzan los cuentos de papá,
con que me arrullaba,
en hermosas noches esmaltadas
de auroras boreales,
de inmensos mantos de hielo,
y nos prevenía del apocalíptico bípedo
y su barbarie...
Termina un periodo glacial...
Se extingue mi planeta...
por ese bípedo...