Ave fabulosa,
estoy tan cercano a tu plumaje oro artístico,
es algo tan...tan medular...
Deleite para mis carencias inscritas en las neuronas,
en los átomos de mi composición.
Son expectativas de verte todos los días
al descorrer las cortinas de mis párpados,
estás en todas las sístoles,
de la mano con las diástoles,
del músculo cardíaco,
en las venas,
rumbo a la cálida región femoral,
se esparce generosamente por todo el cuerpo.
Amamántame con sabia secreción,
dame torrenciales lluvias de glucosa felicidad,
para inspirarme,
dame garrafas sustanciosas de hormonas,
complemento indispensable como fórmula 65%,
batida en mis a veces infantiles textos,
bello artículo tercera persona del plural
y singular femenino,
ellas, a ella,
te lo dedico.
Como para no olvidarte
en ulteriores eras geológicas si ocurrieran,
sean glaciaciones deslizándome entre ríos de hielo,
igual si el infortunio me lanzara a desiertos
a domar caravanas de camellos,
serían todos para ti Cleopatra de mis sueños,
siempre alejarás el hambre y mi sed,
desde el profundo pozo de tus verdades
y eres mi verdad capital
mujer
eres el eje de la danza del universo,
puesto que gestas hombres y mujeres,
auto-creándote.
Después de la proeza de traerme al planeta,
fuiste la primera que
calló mi llanto,
me abrazó,
me besó,
me alimentó,
me vistió,
me desnudó
y todavía sigues haciéndolo,
no ha variado,
aunque tomen visos plateados mi cabello...