Y decidí tirarme a la piscina como la más veloz y puntera flecha, me tiré y creía ahogarme entre mi tan mío echar de menos; entre restos de momentos, de recuerdos, entre los restos de algo que fue tan nuestro, como mío, como tuyo como ahora de ninguno de los dos.
Y decidí salvarme tocando el fondo para poder impulsarme. Y decidí salvarme volviendo al mismo lugar donde antes había afilado mi punta pero ya sin ser flecha, ni veloz, ni puntera.
Y mi acelerado pulso me decía que volvía a vivir, que estaba a salvo y corría; y corrí y casi vuelo; y volé. Volé alto otra vez. Y qué bien volver a sentirse así. Después de tanto tan poco, de tanto nada, de tanto todo, de tanto tú, de tanto yo. Finalmente, nosotros.