No diré que no fui advertida de no mirar hacia atrás. Pensaba que el hecho de que había vivido todo ese camino no podía marcar una diferencia tiempo después. Al final del día soy yo quien conoce mejor mi vida a cada segundo que cualquier otra persona.
¿Pero qué hay de recuerdos que ni siquiera yo creía existentes?
Entonces miré hacia atrás. Fotos, escritos, canciones, conversaciones; todo regresa a mí esta noche, y yo que pensé que todos estos años mi vida había sido la misma. Todo está cambiando cada segundo, muchas cosas han pasado sin que me diera cuenta. No es que haya pedido los sucesos con una semana de anticipación y por escrito.
Es sólo que ni siquiera puedo recordar el tipo de persona que era antes.
Tal vez hoy no me cansaré de decir que lo siento y juraré que no dejaré de decirlo por un buen tiempo, y mañana lo recuerde como si solo lo haya dicho un par de veces y en mi mente.
No sé si se trate de hipocresía de mi parte, pero no me agrado.
Ésta puede ser la vida que he deseado por mucho tiempo tener a mi edad, pero mi persona es mucho menos de lo que alguna vez fui, y peor aún, no se acerca a quien yo creía, espero o quisiera ser.
Y aunque dudo que esto se trate de algo externo, tal vez hay algo que deba de cambiar.
El tiempo es incierto. Me gustan tus reflexiones y me siento identificado.
Gracias por ellas un abrazo.