Me vas a doler tanto cuando te vayas. Yo ya te conté, sos libre, Venus te otorgó la capacidad de volar, y también la de sentirte atado cuando yo lo único que quería hacer era desahogar los mares y ríos que navegan en mí ser. Me dolés tanto. Me dolés cuando te sentís atacado, mientras yo solo buscaba tu ayuda para superar mis inseguridades. Yo no sé si te sientes atacado con razón, o es una culpa en tu subconsciente que te lleva a actuar así, haciéndome sentir peor. Me estás doliendo tanto. Me estás doliendo tanto que ya no me reconozco mientras mí accionar es ajeno, es pasado, es un accionar que alguna vez tuve y no es el más sano. Hoy ese accionar vuelve, haciéndome remorder por dentro, estrujando las zonas más sensibles de mí alma. Toda mí vida tomé las relaciones como algo muy serio, incluso cuando no lo eran, mientras esas relaciones me estrujaban por dentro. Así fue como crecí rota, con accionares que no son sanos. Estoy acostumbrada a que sea siempre así, por eso no sé cómo reaccionar ante tu gran bondad, y eso me está doliendo tanto.

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