La tierra ruge,desboca
todo lo desbocable,
Se vuelve azul,corona loca,
espera que el hombre hable.
Su garganta es pura ola,
una furia indomable,
fuerza que arroja las olas,
hace temblar a los mares.
Abre la tierra su boca,
siembra caminos de sangre,
su fuerza bruta desboca,
escribe las letras con sable.
Heridos gritan los valles,
un instante entre dos ríos.
Un bramido interminable,
hace tumbarse a los pinos.
La furia al fin sabe
expresarse sin sentido,
herir al campo grande,
arancarselo a los lirios.
Teñida va la tarde,
lleva clavado el martirio.
Teñido está de sangre,
este rojo corazón mío.