Un hombre despacio camina
con mochila puesta,
repleto de vida
sube por las cuestas.
La mirada al frente
lleva con alma,
la gorra hasta la frente
con esmero y calma.
Huellas va caminando,
apagándose el día
deja atrás el barro,
sudor y melancolía.
El hombre despacio camina,
entona una canción,
su voz es alegría,
esmero y dedicación.
El hombre despacio camina,
da pasos sedientos,
al lado camina
de una estrella de viento.
Un hombre despacio camina,
lleva la camisa abierta,
por el valle hasta la cima,
con las viejas botas puestas.
Se me amontonan "caminante no hay camino,...", "sin prisa, pero sin pausa", "mirada siempre al frente, siempre adelante"...
Desde la sencillez, me ha gustado. Yo personalemte me he imaginado un labriego volviendo cansado y satisfecho de una dura jornada de trabajo pero dispuesto a comerse el mundo al día siguiente.
Un saludo cordial.