Búscame debajo de tu piel cuando me extrañes
pues estoy allí acomodada entre dos de tus poros
que me protegen del frío y gélido invierno.
Búscame debajo de tu mirada cuando me pienses
pues vivo allí desde el día que nació el amor
y cada vez que lloras una parte de mi se va.
Búscame debajo de tu corazón cuando me quieras
pues tengo un trocito solo para mi en un rincón
desde el que te doy ánimo y hago que siga latiendo.
Búscame debajo de tu cama cuando me sientas
pues me escondo entre las ropas que cayeron alli
en noches y noches de pasión a borbotones.
Búscame debajo de tus orgasmos cuando me disfrutes
pues en cada gemido dirás extasiado mi nombre
mientras grandes lágrimas caen por tu mejilla.
Búscame debajo de tu cara cuando me recuerdes
pues estoy en cada una de esas sonrisas
y en cada una de las muecas que expresas.
Búscame debajo de tu ropa cuando me percibas
pues allí está mi eterna fragancia inerte
con olor a dulce frambuesa y frutas de bosque.
Búscame debajo de tu mano cuando me escribas
pues soy el motor para que escribas amor
en cada una de las cartas y páginas de tu vida.
Búscame debajo de cualquier paisaje cuando me llores
pues estoy entre las aves que revolotean por el cielo
y las cascadas que observas desde tu tristeza.
Búscame debajo del silencio cuando me calles
después de una discusión a gritos del alma
velando por ti y por lo que pudo ser nuestro.
Búscame debajo de tus labios cuando me ames
pues todavía puedo saborear aquellos besos
que me inhalaban de vida y mariposas.
Búscame debajo de tu lenta respiración cuando me olvides
pues nunca podré desaparecer de ella, cada vez que tu respires
un susurro vendrá con el viento a decirme que fue de verdad...