Cielo azul en el que nadan las nubes
dejame danzar sobre su esencia
en una tarde cálida y llena de candor
donde la felicidad llena cada rincón.
Deja a mis sentimientos fluir despacio
con la calma del cauce de un riachuelo
y que naveguen en el lago de la sonrisa
que eleva hasta la más triste criatura.
El fulgor de mis pupilas se derrame
por todos los recovecos del hastío,
inundando enfados, penas y aflicción
haciendo brotar júbilo, gozo y risa.
Germinan aquellas semillas de cariño
sobre tierra firme del crepusculo
mientras los grillos entonan su canto
hasta la aúrea alborada plena de besos.
Oscuridad esfumándose,
destello de sentimiento.
Heridas curadas con lágrimas de emoción
que se cierran para abrir paso a la vida...