Tus ojos siguen viendo en mi los sentires del deseo
que mis manos van traduciendo en intensas caricias,
recorriendo cada pliegue de tu piel con ardor y pasión
escudriñando cuidadosamente todos los rincones.
Las dulces caricias prendían llama en mi interior
con fuerza suficiente para aguantar la noche entera
observando una eternidad poblada de perfectos sueños
llenos de magia amalgamada con tus labios en los míos.
Suavemente una dulce melodía se desgrana en el horizonte
mientras un jilguero emprende el vuelo a tierras lejanas
es entonces cuando me doy cuenta de lo que en realidad vivo
algo tan vacío y tan tristemente frío como tu gélido corazón.
Pusiste la miel en mis labios para dejarlos secos en un instante
a la vez que yo no me detenía ante nada para mojártelos a ti
Quisiera ahogarte en el fondo del saco de mis malos recuerdos
para que dejaras de flotar entre mis anhelos de una vez.
Busco en la memoria una solo razón para tu desidia
cuando todavía mis deseos quedaban con tu boca
No deseo llevarte en mi memoria, y tampoco olvidarte puedo...
pensando que tú y yo compartíamos la misma luna me perdí.
Mi noche es oscura, tú apagaste su luz
mis días son fríos, tú te llevaste el calor
Mis entrañas están rasgadas por el gélido hielo de tu aliento
y mi corazón esta ajado por tus palabras que dejaron cicatrices.
Qué ironía pensar que yo tenía un lugar en tu mente o tu corazón
Ciega estaba de tanto amor que te dí durante este tiempo
tanto, que ya no me queda nada, ni ojos para ver a otros
ni manos para poder acariciarles...todo tú te lo llevaste.