Observando el azul brillante y luminoso del cielo
que parecía quererse tornar gris plateado
sobre aquella tarde de luz tan rojiza y veraniega
mientras tus manos acariciaban las mías.
Las aves revoloteaban sobre el verdoso mar en calma
al tiempo que el sol iba dorando la arena anaranjada
y una bandada de blancas gaviotas entonaban su canto
mientras tus labíos se alimentaban de los míos.
Los rojos cangrejos caminaban pesados sobre la playa,
el plomizo delfín saltaba alegremente en el agua marina
y los miles de guijarros coloridos permanecían fijos
mientras tu cuerpo se deslizaba sobre el mío.
Un verde caballito de mar asomaba la cabecita
por unas grises rocas calizas bien escondidas
en el fondo del añil mar con sus aúreos tesoros
mientras tu te ibas apoderando de todo mi ser.
Nuestra negra y sedosa toalla se arrugaba por momentos
volviéndose multicolor a golpe de espasmos placenteros
y haciéndonos vivir sensaciones color rojo pasión enamorado
mientras tú corazón se iba haciendo hueco en el mío.