Arriva tu presencia viril aqui
inundando mi cuerpo suavemente
de delicado elixir inmaculado
que desciende por mis muslos.
El tiempo se escurre entre ellos
haciendo olvidar toda circunstancia
ajena a nuestros cuerpos y la pasión
las miradas queman, las caricias abrasan.
Tú, ávido, saboreas mis senos
que se estremecen con tu lengua
jugando cual mariposa en el aire
sedoso tacto y sexual contacto.
Yo, deseosa, me alimento del hombre
que ansía el momento de hacerme mujer
resbalando por su ardiente hombría
haciendo gala de toda mi feminidad.
Tú, extasiado mientras me observas plena
queriendo calmar todo ese lascivo deseo
que corre por todas y cada una de tus venas
mientras me deshago sobre tu sexo.
Yo, embelesada con el brillo de tus ojos
anhelando poder degustar lividinosamente
los poros de tu piel exudando excitación
mientras te vas apacigüando en mi regazo.
Seres que disfrutan el uno del otro
personas que gozan del deseo carnal
animales que sucumben a sus instintos
amantes que comparten sobre una cama.