Me despierto a su lado, entre sábanas. Ella abre los ojos lentamente, y esboza una sonrisa. Entre bostezos le digo: Buenos días princesa.
Me contesta con otra sonrisa. Buenos días mi vida, te quiero, me dice. Esto es amor, pienso.
Pero, qué es el amor, sino un sentimiento? Un simple sentimiento que aparece, permanece y se va. Un sentimiento que nos hace soñar, un sentimiento que nos hace perder el mundo de vista. El amor aparece de repente en nuestras vidas, como una flecha al viento, se levanta, permanece en el aire, pero siempre cae, inevitablemente, irremediablemente.
Qué hago yo aquí? Me pregunto una y otra vez. Realmente amo yo a esa persona que está ahora mismo a mi lado. Lo nuestro es amor verdadero, o una mera situación espontánea que aparece una noche, y desaparece por la mañana? Va a quedarse? O se va a marchar como tantas veces se ha marchado? Qué ha cambiado esta vez?
El amor es infinito, grita mi conciencia. El amor es más fuerte de lo que te imaginas, grita otra vez. Pero yo sigo pensando lo mismo. Por qué esta vez tiene que ser diferente? Por qué esta vez el amor va a perdurar? Por qué?
Se levanta de la cama, y me da un cálido beso en los labios, mientras va hacia la cocina, con mi camisa puesta. Mis sentimientos no cambian. Siguen pesimistas.
El amor es un sentimiento doloroso, pienso. Duele, si no te corresponden. Duele, si no perdura. Duele, si no se olvida. El amor es un sentimiento que nos cambia por dentro, juega con nosotros como moldes, como quien juega con plastilina.
De todos modos, se puede disfrutar de este amor, este que tanto duele, este que no sirve para nada. Durante un instante, simplemente pienso, que no hace falta ser amor, para ser vivido.
Me acerco lentamente, la abrazo por detrás,le doy un cálido beso en la mejilla y le sonrío. Entreabro la boca y le digo con cariño: Te quiero...
