En el alba aclaro mi conciencia
de experiencias relatadas y vividas.
La luz purifica mis arpégios
y me cazan sus libres claridades.
Me voy puliendo desde mis plataformas
y soy materia que genera su rebrote.
Estratégicamente me avasalla
sacando mis errores en manada
y me dibuja como un ensayo nuevo
que sale de su fuego empoderado.
La luz me piensa y me libra de malicias
y hace de mí ser reluciente.
Me coloca en el género humano
para que viva un albedrío de delicias.
Amos, que no dan ya suficiente miedo los payasos para que el tuyo salga del fuego!! Jajajaja bromas aparte.
Me ha gustado tu poema
Antonio