Tengo dos rostros,
uno es pálido y deforme,
el otro anémico y desfigurado.
Tengo dos miradas,
una es profunda y egoísta,
la otra es ciega y tropieza
contra la vanidad.
Soy mi único amigo
y no me soporto,
mi yo mofa a mi yo.
Soy sarcástico e hiriente,
también soy seriamente injusto.
Tengo un cuerpo para dos corazones,
uno aborrece, el otro ama aborrecer.
Mientras rio estoy llorando
y mientras camino reposo,
angustiado de felicidad.
Tengo dos rostros,
uno mira feo,
el otro, mira peor.
Tengo dos corazones
para un solo cuerpo,
uno tiene miedo de amar,
el otro no cree en el amor.
Del libro: Cuando el alma despierta.
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