Te levantas cada día con el sonar de una alarma te aseas de manera autómata, ya no ves tu imagen en el espejo solo ves el trabajo que te espera.
Preparas la comida que alimenta tu cuerpo, mas no haces nada para alimentar tu alma solo te importa la faena del día.
Sales corriendo con el reloj en tu mente ese horario que marca tu jornada, mas no ves tu ser gritando "Estoy aquí necesito tu atención".
Piensas en tu desempeño laboral por el pago a devengar, el elixir que compra espejismos del bienestar.
Te queda ese vacío por descuido, ¡revive las pasiones, las aventuras alimenta lo que te es placentero!...antes que la vida te pida factura.
Mira a tu alrededor, lo que haces para vivir enriquece a tu empleador pero empobrece y agota tu fuerza interior.
Janet