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Pinceladas de Noche.

—Viejo, no pensé que asistieras a un evento como este, y menos tomando de esa botella.
Andrés observó a Diego con mirada acostumbrada.
—Y es que nadie me conoce pero no reclamaré mi descontento contigo, de igual manera no se pueden callar bocas.
—Tranquilo, a nadie le importa un carajo quien toma alcohol y quien no.

Diego acercó una silla para Andrés, mientras él se sentaba en una silla que ya estaba allí.
—Está bien el ambiente.— Dijo Andrés—.
—Si bueno, la gente o más bien nuestro círculo nunca ha conocido una fiesta aburrida, siempre hay algo que ver o comentar.
—Ya veo, acabo de llegar hace unos 40 minutos ¿Cuanto llevan todos aquí?
—Yo estoy desde antes que propusieran hacer una fiesta, muchos ya llevan desde la tarde con alcohol en su organismo.
—In-teresante—Murmuró Andrés con un tono sarcástico.
—No me agrada ni el whisky ni el vodka, prefiero unas botellas de cerveza, si nadie hubiera crecido, seguiriamos con cervezas, eso nos hubiera ahorrado algunos incidentes.
—Me han contado de aventuras de Alejandro.
—No puede haber ejemplo más claro de lo que digo sin incluirlo a él.

Los dos conocidos desconocidos seguian bebiendo, trayendo al mundo una que otra frase para no apartarse del diálogo social, uno con sus cervezas y el otro con su vodka, la noche era joven y faltaba mucho por ver el sol.

—Un día pensé— empezó Andrés —¿Como se puede confiar todo un país a unas cuántas personas que dicen ser los adecuados para hacerlo un país mejor? De verdad me conformaría con que lo dejaran tal y como les fue dado, pero nunca es así, nisiquiera un poco ¿Exigimos mucho los ciudadanos?

Andrés no esperaba una respuesta, o al menos no esperaba una respuesta digna de ser contestada, aun algo ebrio, podia reconocer una buena respuesta, y el otro, igualmente algo ebrio, aun podia formularla.

—Alguien en siglos pasados tambien pensó lo mismo, y surgieron revoluciones e independencias. Los siglos han cambiado y talvez las cosas sigan igual, aunque menos extremas, o no lo sé, talvez las injusticias y males del pasado sean similares a las de hoy, y se ajusten a nuestra época. No habrá nunca el o los gobernantes perfectos, jamás jamás, pero en este siglo son cosas que nos conciernen y a la vez no. Cuando de verdad nos conciernan conciernan, entonces algo pasará, algo del pasado o algo totalmente nuevo.

Diego estaba a la par respecto a ebriedad con Andrés, seguía tomando sus botellas de cerveza.

—Olvidaba que también vas a la escuela— Dijo Andrés sonriendo y recargandose en su silla.
—Es por eso que nuestras acciones tienen más negrita que las de los demás.
—¿A que te refieres?— Preguntó Andres, preparando su menjurgue, combinacion de sodas y vodka, cada vez era más vodka y menos soda.
—Bueno, era solo un comentario pero te explicaré, observa a tu alrededor, en tu mente describe a cada individuo de ésta fiesta, sabes qué hacen algunos, conoces sus hobbies, lo que hacen por la tarde, a algunos los has escuchado hablar de su futuro, pero de verdad, ellos desconocen su verdadero potencial.

Andrés bebía y pensaba, repasaba en su mente lo último escuchado.
—Veo tu punto, y veo por qué no te querías extender, y tienes razón, muchos aquí tienen más esperanzas en ti o en mí que en ellos mismos, suena cruel pero, pareciera que es cierto.
—Dos universitarios con el mundo a sus pies, pobres ilusos— Dijo Diego riendose— Ojalá la vida fuese fácil, pero ellos la hacen fácil, pero creen que a nosotros se nos hará fácil. Qué problema.
—Al final no sabemos en qué pararemos— comentó Andrés bebiendo.
—Exacto, lo malo o lo bueno, es que conosco el potencial de algunos de aquí, y lo hechan a perder con estupideces.
—Una tragedia.
—Lo es lo es— Contestó Diego mientras bebia.
—Pero qué se le va a hacer, uno como amigo les da un consejo pero la verdad es que sólo te escuchan porque era su amigo.
—Acompañame a comprar más cerveza— le dijo Diego a Andrés,se levantó en seguida y avanzó.

Andres detrás de Diego se dirigian a su auto, se coló Nadia,Caro y Alejandro que querían papas fritas y más licor, pero no cerveza, Diego siempre hacia muecas cuando se hablaba de embriagarse con Vodka, no se llevaban bien.

—¿Que tan ebrios andan señores y señoras?— les preguntó Diego antes de encender el auto.
—Ya sabes que mucho pero podemos andar más ebrios— dijo Alejandro con convicción.

Todos carcajearon ante la sinceridad y cómo no, acertado comentario, ya que la noche seguía en pañales.

—Bueno aquí nos vemos cuando compren sus porquerías— dijo Diego al estacionarse cerca de la licoreria, la trifuerza cruzaria la calle e irian por papas fritas o algo para comer, y por supuesto el alcohol. Diego avanzó los 10 pasos que lo separaban de la licoreria.
—Oh la iglesia— dijo Andrés al observar la iglesia que estaba cruzando la cera, a 50 pasos hacia la derecha — ¿Qué opinas, mafia o fé verdadera?
—Definitivamente Mafia, pero es otra cosa que al final tiene la frase :
"pero qué se le va a hacer"
—¿Ateo?— preguntó Andrés.
—Para nada, Dios no tiene la culpa.
—Pero es Dios, puede hacer lo que quiera, y si no hace el bien es porque no lo quiere hacer.
—Imagina un mundo donde DIos interviniera en cada problema del hombre.
—No soy ateo tampoco— comentaba Andres— y la verdad es que lo ha hecho, entre comillas.
—Quien sabe, puede ser.

Ya habian vuelto al carro y puesto las cervezas en su lugar, esperaban a la trifuerza que seguian sin dar señales.

—¿Por qué exactamente bebemos alcohol? — preguntaba Andrés— De verdad tiene un sabor desagradable, y sus beneficios son sólo si el consumo es estrictamente moderado, vamos mucho al baño y los sentidos se vuelven más torpes conforme bebemos más y sudamos nada.
—De verdad es la pregunta más dificil hasta ahora, y me atrevo a decir que es la ganadora de la noche, creo que necesito un trago.

Ambos soltaron la carcajada y al fin la trifuerza volvía con sus bolsas y licor.
—Mira—dijo Diego— le preguntaré a ese experto que viene ahí. —Alejandro, ¿porqué la gente bebe alcohol?— le preguntó Diego mientras subian al coche.
—Para ponerse estúpida—. Lo dijo muy convencido, todos rieron tal vez convencidos también.
—¿Te ha iluminado?— Le preguntó Diego a Andres antes de encender el coche.
—Mis horizontes se han expandido.

Rumbo a la fiesta la trifuerza platicaba en el asiento trasero, Andrés habia tenido la botella siempre consigo.
Andrés y Diego estaban algo pasados de copas, pero Alejandro ya habia dado la aseveracion de que se podia estar aun mas grave. En la radio sonaba Radiohead, eso sorprendió a Diego por un instante, y subió el volume, desde que todos saben quienes son cada quien en el círculo, todos conocían el "mal gusto musical" de Diego, " El rock no es para todos ", decia Diego con tono arrogante.
Al llegar a la fiesta se dieron cuenta que no habia nadie, la música de la máquina seguia sonando, pero los carros y las sillas y las mesas estaban vacías.
—¿Que pasó?— preguntó Andrés.
—Creo que esa es la pregunta ganadora de la noche— dijo Diego mientras merodeaban el lugar.

Todos salieron del carro despues de estacionarse, menos Diego, que se dio a la tarea de llamar Noe, su hermano, que antes de que él saliera por las cervezas, seguia en la fiesta.

—¿Dónde estás? ... No me digas eso ... Bueno, voy para allá.

Noé le habia comentado que su amigo Corrales habia sufrido un accidente, justo minutos despúes de que Diego y los demás salieran, Corrales se subió a una silla para bailar, no estaba en sus 5 sentidos y al parecer perdió el equilibrio callendo de espaldas y golpeadose la nuca, abriendose la cabeza y chorreando sangre, al parecer al ir a apagar la máquina, Nadia se enteró de la sangre, salió corriendo de la cochera de su casa rumbo a encontrarse con quien sea.
Se encontró con Andres, lo abrazó y poco a poco alterandose por la conducta de Nadia, le preguntaba qué habia pasado, y ella respondía que sangre, mucha sangre. Alejandro y Caro tambien fueron a ver.
Diego Observaba todo desde su carro, él estaba tranquilo, estaba un poco menos ebrio por la noticia, pero aun así observaba la escena con extremo detenimiento, Nadia corriendo como loca tras algún ser humano, ese fue Andrés, quien su cara reflejó terror y angustia, de esas caras que te afirman que algo del tamaño del mundo pasó. Observaba a Alejandro y a Caro, su encuentro con la sangre al pie de la Máquina de música, Caro se llevó las manos a la boca mientras Alejandro continúo tranquilo, Caro lo tomó del brazo y lo jaló lejos de allí.
—Ésta escena no la hubiera disfrutado tanto sin el alcohol— se dijo Diego para sí mismo.— Bueno, mentanse al auto— dijo Diego una vez que se bajó del carro— Hablé con Noé, todos están en la Cruz Roja, como deben imaginarlo alguien sufrió un accidente, fue Corrales, ahora hay que ir todos a verlo—.

Todos corrieron hacia el auto tal y se acomodaron como venian desde el principio.
—Yo por eso prefiero la cerveza — murmuró Diego mientras prendia el coche mientras ponia un disco mientras iba a 100 por el boulevard.
Le pareció adecuado combinar el momento con algo de Metallica, igual nadie le reclamaría nada pues la música no entraba en ese momento en las cabezas de los demás. Tal vez en la de Andrés sí, pero él disfrutaría.
Diego recorría los caminos más provechosos para llegar cuanto antes al hospital, no sin antes hacer el ademán de pegarle al platillo de una batería.
Por fin llegaron, todos estaban afuera, esperando.
La trifuerza bajó y Andres acompañó a Diego a estacionar el auto.
—Qué noche viejo, y aun no puedo creer que te haya visto tomando alcohol— dijo Diego riendose.
—Sí como sea, ha sido un día extraño, sobre todo por esto.
—Y la noche aun está viva, tú puedes ser su siguiente victima.

Ya todos juntos empezaron las versiones de lo sucedido, al parecer Corrales quería dar un anuncio o algo por el estilo, pero sus 5 sentidos juntos no acompletaban uno solo. Diego observó las huellas del suceso, algunos tenian manchas de sangre en sus camisas, los que no fumaban fumaban, y los que ni siquiera tomaban se enseñaron a fumar.
Kareli quien habia entrado con Corrales desde la llegada, salió un momento a brindarnos noticias de nuestro amigo.
Él estaba bien pero tenia una herida que requirió 5 puntadas, así como una contusión que lo dejaria KO varias horas. Ella volvió a entrar. A los pocos minutos llegó la mamá de Corrales, rápidamente para que no se preocupara le informamos que su hijo estaba bien, solo se habia caído.

Eran aproximadamente las 9:30pm cuando Diego le habló a Andrés en la fiesta, aproximadamente las 10:50pm cuando Andrés le preguntó porqué la gente tomaba cerveza, aproximadamente 11:05pm cuando Diego observó esa escena donde todos eran complices sin haberlo planeado, despues lo catalogó de hermoso.

Y ahí estaban todos, como al principio, Diego y Andrés, la trifuerza, todos aquellos individuos que Diego dijo a Andrés que examinara, todos esperando a Corrales, todos esperandose a todos, Corrales esperandonos a nosotros, todos esperando volver con la cerveza, fue mágico.



Segunda parte: http://tustextos.com/jaquez/pinceladas-de-noche-ii/







Jaquez17 de noviembre de 2013

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