Si Dios me convirtiera en acero
me sentiría totalmente atrapada
martirizado todo mi ser
en una maldita cueva
entonces no sabría ,
si llamarme mujer
Estaría toda de metal
ojalá, por lo menos
permaneciera mi corazón,
mi cerebro, mis ojos y mis brazos
para reconocer, que a mi lado
se encuentra un hermano
en la risa, en el llano, en el miedo
también en la alegría y en el triunfo
mi corazón sabría de seres humanos
mi cerebro sería inteligente
para tratar a cada uno como especial, único
mis ojos verían las características
de cada uno, para tratarlo como un hermano
y finalmente mis brazos estarían dispuestos
en entregarse en millones de abrazos
para que todos recordaran su procedencia divina
y así crearía hombres para las nuevas generaciones
más sensibles, más auténticos, muchos más humanos