Te quiero.
Te lo gritan mis ojos brillantes.
Se lo callan mis labios abiertos que buscan tu beso.
Te quiero.
Eres hilo dorado que ata mis días.
Fuiste y serás el premio inesperado por el que luché.
Te quiero.
Me robas las palabras con un simple roce.
Me entregas cientos de idiomas con cada nuevo beso.
Te quiero. ¿Me oyes? Te quiero.
Y nunca soñaste que llegara a quererte así,
y nunca pensaste que sería posible querer de esta manera,
porque siempre creíste que quererme no era la mejor idea
para enseñarme a quererte del modo que quieras.
Y sin embargo, aquí estoy.
Para decirte que te quiero.
Te deseo.
Mi cuerpo te quiere siempre cerca.
Tu alma alimenta y estremece mi necesidad.
Te deseo.
Piel contra piel, lenguas enlazadas.
Dos cuerpos unidos en uno solo llamado AMOR.
Te deseo.
Tu ausencia es desesperación.
Quiero llenarme de ti, intercambiar sudor y sueños.
Te deseo. ¿Me oyes? Te deseo.
Y nunca necesitaste tanto mi deseo,
y nunca creíste que este AMOR te hiciera desearme tanto,
porque siempre borraste de tu mente la posibilidad
de enseñarme a desearte como tú deseas.
Y sin embargo, aquí estoy.
Para decirte que te deseo.
Te necesito.
Eres aire en la fría ansiedad.
Sol y cielo en las tardes solitarias de verano.
Te necesito.
Soy un niño perdido que te busca.
Un adulto incapaz de crecer si no es a tu lado.
Te necesito.
Nada alcanza su sentido real.
Todo eres tú, vive en ti, es contigo.
Te necesito. ¿Me oyes? Te necesito.
Y nunca pediste que mi necesidad fuera necesaria,
y nunca necesitaste tanto que yo te necesitara,
Porque creíste que un sueño no tiene necesidades
para cumplirse al punto de llegar a necesitarte tanto.
Y sin embargo, aquí estoy.
Para decirte que te necesito.
Te adoro.
Eres la única religión que no necesita fe.
La única oración que se dice de pie y no de rodillas.
Te adoro.
Hasta el mismo Dios te tiene envidia.
Incluso los ángeles vuelan solo para verte.
Te adoro.
Solo tú escuchas mis palabras.
Solamente tú acoges todos los sueños que te entregaré.
Te adoro. ¿Me oyes? Te adoro.
Y nunca te atreviste a adorar a nadie así,
y nunca tuviste tanta fe en lo que ahora adoras,
porque adorándome te descubrías como una diosa adorable,
porque adorándote te sabías presa de mi dulce adoración.
Y sin embargo, aquí estoy.
Para decirte que te adoro.
Te amo.
No vivo más que por tu nombre.
No moriré hasta que tú no mueras.
Te amo.
Si caigo, será por alzarte.
Si vuelo, será para contemplarte de cerca.
Te amo.
Eres sueño, quimera, tesoro, imposible.
Eres luz, y mi reina, y mi estrella, y mi vida entera.
Te amo. ¿Me oyes? Te amo.
Y nunca pensé en llegar a amar así,
y siempre imaginé amarte hasta este extremo,
porque siempre que amé fue con miedo a enamorarme,
porque si te amo, mi vida, es por haber aprendido en tus ojos lo que es el AMOR…
Y por ti, aquí estoy…
Y aquí estaré…
Para decirte, cada día, que TE AMO.
