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Agotatiempo 30 de julio de 2013
por javieroscar
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Otro día sin salir. Sábado primero de Junio. ¿Cruel almanaque cuando concluyes?. Podría empapelar todas las paredes del departamento solo con los trozos de papel arrancados del calendario.
Me encuentro rígido, tomado de la mano como un niño a la cortina carmesí, observando la nada a través del ventanal. El terco cristal se obstina en devolverme no una imagen, sino dos. Mi rostro y el de la ciudad. Mi imagen se vuelve irreductiblemente mas fatigosa cada día, mas desgastada, por el contrario la ciudad ha cambiado muy poco en relación a ayer o antes de ayer o incluso antes de antes de ayer. Tal vez el nacimiento de alguna nube debajo de un cielo azul cristalino o alguna espiga de sol sobre el asfalto.
Me encuentro insoportablemente cansado, todos los días el mismo rito. Solo; dentro de este cubo hermético, mirando, rasgando y renovando calendarios desde hace diez, veinte, tal vez treinta años. Solo, sin salir siquiera a la calle, o a saludar a Julieta o a mamá. Mi anciana madre. Vivo por orden de ella, y gracias a ella; me provee de todo lo necesario en el hogar, me alimenta y se desvela intentando ordenar el departamento y mi alma.
No puedo salir, mi cuerpo me lo impide, no logro dar dos pasos más allá del portal del edificio. Es muy doloroso recordar mi tortuoso pasado. En la calle hay sirenas, tiranas sirenas por doquier. No quiero salir, no quiero agua. ¿Desde que sitio llego el agua a mi mente?. Al agua también le temo, al orín, al excremento. Hay personas con poder deambulando allí afuera. Incluso con uniformes. Hay bolsas plásticas, cemento, frió y oscuridad. Prefiero caminar solo, en mi departamento; solo, dormir, descansar, dormir, despertar; aunque el día se torne eterno. Espero a mi madre como todos los días, lleva demorada varias horas. Normalmente llega muy temprano, con el nacimiento del alba. La aguardo ansioso. El hambre genera la ansiedad. Tengo hambre, ¿por qué aun no ha llegado?, ¿Por qué no estuvo cuando realmente la necesite?. Estoy muy nervioso, alterado; recuerdo situaciones horribles en estado de alteración. Debo calmarme. Estoy dentro. No pienso pisar el umbral de la puerta. Tengo calmantes en el baño. Camino, tomo uno, dos. Me siento en el sillón, observo el reloj y el temible segundero. El ruido de las agujas es intolerable. Mi madre aun no ha llegado. Los sedantes comienzan a hacer su trabajo, siento la flacidez de brazos y piernas, y los parpados pesados. Logro encaminarme hacia la habitación, golpeo la cama con mis pies. Caigo pesadamente sin oponer resistencia, tomo la manta y me cobijo. Pasa el tiempo sobre mi, no lo noto. El sol comienza a caer detrás de la ciudad, dándole paso a una tímida luna. Los edificios se tornan informes, escabrosos. Yo continúo aquí, solo. Y otro día sin salir y ella aun no ha llegado.

1 Comentarios

que triste es vivir con miedos.

09/09/13 02:09

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