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El Piano Sabe Algo que tu No (capitulo 18)

Capitulo 18. Creer.


Despertaste después del medio día, estiraste tu brazo para alcanzar a Jasón, pero no había nada. Tallaste tus ojos para despertar un poco mas y te levantaste. Viste en el baño de la habitación, en el del pasillo y no estaba.
Bajaste y en un sillón de la sala estaba él ¿dormido?
- ¿Jasón? ¡Jasón! ¡Despierta! Si es una broma…no es gracioso. ¡Jasón!
Tomaste su muñeca para revisar su pulso, estaba débil, giraste su cabeza y viste algo blanco que se asomaba por su boca, abajo, estaba un frasco de pastillas, para el dolor de cabeza y estaba vació.
- No, ¿Qué hiciste?
No lo pensaste más y lo llevaste a la clínica más cercana. Todos te miraban, no entendían porque un joven llevaba a otro a una clínica, cuando quienes deberían de hacerlo eran sus padres. Fue un problema reagitarlo.
- Lo siento, tiene que venir un familiar del enfermo.
- Tiene que entender. Soy lo único que tiene…sus padres murieron…
- ¿Algún otro familiar?
- No se, ¡no lo se carajo!
- Tranquilícese, veré que puedo hacer.
Te hicieron esperar media hora. Después llego esa fastidiosa mujer con olor a limpio y cabellos cafés, con un hombre mucho mas mayor que ella y también de blanco.
- Venga conmigo por favor. – Dirigiéndose a ti.
Lo seguiste al fondo de un largo pasillo, en donde entraron a una fira oficina. Obligo a que te sentaras, y comenzó a hablar…
- ¿Qué es usted del muchacho?
- ¿Hay tiempo para esto? Se esta muriendo.
- Tranquilo, lo están atendiendo ya. Por órdenes mías. Soy el director de la clínica, pero quiero saber que es usted del muchacho.
- Yo…yo…soy su pareja. – Te diste cuenta de la mirada de susto que el hombre te dedico, bajaste la mirada.
- ¿Su pareja?
- Si, si, es mi novio…¿tiene algún problema? Somos americanos…los dos…llegamos hace menos de un año.
- Ahora entiendo….
No te gustaba mentir, pero harías lo que fuera para que Jasón estuviera bien. Por lo menos ya estaba siendo atendido. Pero te debía una gran explicación cuando despertara. No te dejarías que volviera a hacer algo semejante. O quizá no quería hacerlo. ¡No! Tendrá que darte una buena excusa.
- Disculpe doctor, el nuevo paciente esta listo.
- Gracias.
- ¿Listo? ¿Para que?
- Vamos a hacerle una lavado estomacal, por lo que usted nos dijo, creo que es lo necesario. Tendrá que esperar, cuando terminemos yo le aviso.
- Gracias.
Y definitivamente, no te quedaba otra opción más que esperar. Estabas desesperado por saber como estabas. Habías comenzado a quererlo, y piensas que tal vez podrías llegar a amarlo, es un chico maravilloso, es hermoso y tiene un gran corazón.
Te lastimarías mas tu, al lastimarlo a él y es por eso que no quieres hacerlo, y has dado un gran paso, estas olvidando a Gerard, o por lo menos eso es lo que crees.
No te había sido tan fácil olvidar a alguien, puede ser que el daño que te causo tenga mucho que ver.
- Joven Iero, hemos terminado. – Te anunciaron después de casi dos horas.
- ¿Y el como esta?
- Mejor, ya esta limpio y quiere verlo.
- ¿Puedo?
- Claro.
Corriste hasta donde estaba la habitación de Jasón, el problema, era que no sabias en donde estaba su habitación. Regresaste apenado con el doctor, sonrió y pidió que lo siguieras.
Estaba en el segundo piso, claro, llegarías muy rápido buscándola en el primero. Pediste que los dejaran solos y rápidamente lo hicieron, cerrando puerta.
- ¿Cómo estas pequeño?
- Perdóname Frank, estuvo mal…
- No, ya no importa. Pero tienes que decirme porque lo hiciste.
- Me sentí presionado. Siento que te estoy presionando a ti. Lo ultimo que quiero es que estés conmigo a la fuerza
- No estoy contigo a la fuerza. Lo estoy porque te quiero mucho.
- No de la forma en que a mí me gustaría.
Jocelyn27 de marzo de 2009

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