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Machadeandando

-No,si al final...aun pasaremos calor esta tarde.

Para los que vivimos donde el sol,la frase del dueño de la venta no puede más que sonarnos a chiste en el mejor de los casos. Pues aunque los rayos reales entren empujándose unos a otros por los ventanales,no sólo mis encogidas carnes podrían discrepar con el hombre,que también se pondría de mi lado el hilo de mercurio del termómetro que de casualidad he visto a la entrada dando por perdida la batalla de cruzar la rayita en la que reposaba solemne un número ocho. Me digo yo,que para cuando el ventero afirme que hace frío más me valdrá estar a mí donde él sudara.

Salgo por donde entré. Se me llenan los ojos del cuasi infinito campo llano que queda allende la flaca frontera que es el gris del asfalto que habrá de conducirme de nuevo a casa. A este lado,más campo y más llano,tan solo sobresaltado por la venta donde acabo de comer y la gasolinera que le acompaña a su derecha,que casi me da la impresión de que se haya echado otros veinte años encima en el rato en que yo daba buena cuenta del menú de la casa. Un empleado,el dueño,o lo que quiera Satanás que sea,dormita sentado al sol junto a uno de los surtidores. Intencionadamente carraspeo,jugando al “seguro que mira”. Y lo hace,pero estoy convencido de que no me ve,al menos como algo más que un bulto erguido. Tal vez por eso desisto de preguntarle si él piensa también que pasará calor esta tarde,no vaya a ser que por echarme una sonrisa yo para los adentros me lleve un guantazo de insolencia de manos de Morfeo,del que nunca te puedes fiar. Así que mientras el gasolinero vuelve a su tranquilo asunto yo remoloneo para no volver al mio obligatorio,entre lo que descubro uno de esos caminos de tierra por los que tanto me gusta soltar piernas e ideas que parte desde el otro lado de la venta hasta perderse eternamente recto en el filo que es el horizonte. Un ratito tengo,y ganas siempre,por lo que todo es dar el primer paso en susodicha dirección.

Aun no llevo un minuto andando y disfrutando del sonido de mis propios pasos que inevitable me viene Machado a la cabeza toda vez que vuelvo a mirar a mi alrededor,aun cuando hable de la hermana de estas tierras.

“No fue por estos campos el bíblico jardín.”

Frío,sol que no calienta,tierra y allá, hasta verse pequeña,la hilera de ariscos y terroríficos árboles de ramas secas galvanizadas que se me representan las torres de alta tensión en quijotesca mirada.
Qué razón D.Antonio.

“Son tierras para el águila,un trozo de planeta
por donde cruza errante la sombra de Caín.”

Y con ella la mía,me digo. Y con ella ahora la mía.
Joss26 de noviembre de 2012

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