TusTextos

Suecia

Todavía no había acabado “Brown eyed girl “ cuando Van Morrison desapareció entre bastidores por el costado derecho del escenario.

-Esto se ha acabado.

-¿Ya?- Me preguntó Alfredo incrédulo.

-No apuestes.

-Pero si no lleva ni una hora.

-Y diez minutos - Comprobé en mi reloj.

Y apenas empezar a sonar el aplauso de la abarrotada plaza de toros tras el último acorde,se encendieron las luces del recinto dejando a las claras a todo el mundo que no habría bises y que era hora de marchar.

-Venga hombre,no me jodas,¿cuarenta pavos por este rato?- oí a Alfredo algo mosqueado.-Me sé de clubs más baratos.

-Bueno,ya sabemos como es “El león”.Genio para bien y para mal.

-Pero si no ha dicho ni una puta palabra,ni un triste buenas noches ni nada de nada.

-Como en él es habitual -seguía yo al hilo de la conversación.

-Pues qué quieres que te diga,a mí me repatea tanta altanería,que sí será Van Morrison y todo lo que quiera,pero seguramente ahora estará meando como todo mortal.

-Y más a sus años,que a esas edades la próstata no perdona .Venga,va,vamos a tomar algo por ahí,que es temprano aun.

-¿Al ahorcado? -Sugirió Alfredo.

-Como quieras.

-Pues vamos,a ver si el Flor de Caña me quita el cabreo.

Alfredo y yo nos unimos entonces al tumulto que abandonaba parsimonioso el recinto. Unos hablaban de lo visto y escuchado,los había de la opinión de Alfredo,que al oírlos me miraba cargándose aun más de motivos para refunfuñar. Los había también de la mía,que teníamos claro de antemano lo que íbamos a ver y conocemos el riesgo al que se expone uno cuando va a un concierto de Van Morrison. Musicalmente siempre es perfecto. Sí,siempre,y claro está,esta vez no fue menos,pero Van nunca hace dos conciertos iguales. Él actúa en función de como se sienta en ese día y en ese momento. Si está a gusto y cómodo es muy posible que veas,si no el mejor ,uno de esos conciertos que recordarás toda tu vida. De lo contrario escucharás un directo perfecto,pero quizá demasiado sobrio y ,como fue en este caso, rigiéndose al mínimo de duración.
Y a todo esto, seguía marchando la masa por los vomitorios y accesos,ruidosa,espesa, La mayoría supongo que con la intención de buscar donde comer algo, plan al que nosotros directamente renunciábamos gracias a los tres montaditos de lomo con sus respectivas cervezas que nos habíamos metido cada uno entre pecho y espalda en los aledaños de la plaza un rato antes del concierto. Lo nuestro ya era cuestión de aliñarlo con algo de ron y humo y hablar de nuestras cosas,esas tan peculiares.

-¿ Qué os pongo?

-¿Flor de Caña tienes?

¿Qué?- Preguntó la camarera con claro gesto de no tener ni idea de lo que le pedía Alfredo

-Eso es un no. Un Matusalem con cola.

-Otro para mí – Apostillé.

-Muy bien -Dijo la guapa chica tras la barra.

“El ahorcado” es uno de esos bares nocturnos que me gusta bastante a pesar de no ser yo uno de sus clientes habituales. Supongo que su decoración,mitad cubista mitad surrealista,que me recuerda generosamente algunas escenas de “El gabinete del doctor Caligari” tiene mucho que ver,como lo es también el rock de los setenta,ese que tanto adoro, que suele acompañar las charlas y copas de los que por allí se dejan caer.
Y allí,en esas que estaba yo observando curioso la asimétrica y chocante forma de la puerta de acceso a los baños acompañando con mis pies el ritmo de “Kashmir” ,cuando tras encender un cigarrillo ,Alfredo soltó de su boca:

-Tio,¿qué es estar arrepentido?

El hecho de conocer a Alfredo desde que teníamos dieciseis años,de no haber perdido nunca el contacto con él y de no ser capaz de enumerar nuestras borracheras conjuntas,me concedía el privilegio de saber con toda certeza que algo no andaba del todo bien.

-Arrepentido.(...)Según. Puede ser una manera sincera de admitir un error y querer enmendarlo o bien una escusa barata para atenuar la pena por lo cometido. Eso ya depende del sentimiento de culpa que tenga cada uno.

-Ya.

Alfredo volvió a dar otra calada a su cigarrillo ante mi mirada. La suya,en cambio,andaba como buscando la siguiente pregunta,esa que yo estaba esperando. Pegó un trago largo y lento de su copa y volvió a poner el cigarrillo en su boca.

-Alfredo,tio,me recuerdas a Jesús Quintero- le dije soltando una media sonrisa.

Y mientras yo cogía mi copa,Alfredo volvió a la carga.

-¿Te has arrepentido muchas veces de dejar los estudios tan pronto?

No negaré cierto gesto de sorpresa ante la pregunta.

-Bueno,estudiar no se me daba mal,pero no me gustaba en absoluto. Eso es un atenuante,¿no? -le contesté- No me siento orgulloso,ni mucho menos,pero ahora,desde mi perspectiva...pues creo que tampoco me ha ido mal. No me quejo.

-¿Y de dejar la música?- insistió Alfredo como esperando encontrar rastro de algún tipo de remordimiento.

-Pues te diría que arrepentido tampoco,está claro que hecho de menos muchas cosas,los ensayos hasta la madrugada...los conciertos...pero las cosas vinieron así y así las cogí. No,no me pesa.

Alfredo me miraba con cierta incredulidad,fumando y bebiendo como si de una novela negra se extrayera nuestra escena. A mí,la verdad,que me estaba desconcertando un poco. Alfredo es de esas personas que cuando quiere decirte algo siempre da una vuelta por los “terrenos adyacentes”, pero en esta ocasión,su manera de hacerlo distaba de lo habitual,lo cual me despistaba.

-Alfredo,¿dónde nos lleva esta conversación?- quise cortar por lo sano mi curiosidad.

-A Suecia -contestó con sonrisa irónica a la par que sincera.

-A Suecia -repetí descolocado volviendo a mi vaso.

-Sí,me voy el jueves.

-A Suecia -me volvió a salir tras beber.

Algo no me cuadraba. Mientras comíamos algo haciendo tiempo para el concierto ,Alfredo me había comentado que al lunes siguiente empezaba sus vacaciones. Recuerdo que le pregunté si iba a viajar,a lo que me contestó que no,que tenía bastantes tareas pendientes que quería resolver y que además tampoco le apetecía mucho viajar en esta ocasión.

-Mucho frío para Silvia debe hacer en Suecia por estas fechas,lo va a pasar mal,la pobre- fue lo siguiente que atiné a decir,no sin cierta perspicacia.

-Silvia no sabe nada- fue su respuesta inmediata y contundente,que dicho sea de paso, no me sorprendió.

-Pedimos dos Matusalem,más,¿verdad?-sugerí yo esta vez viendo que nuestros vasos se acababan e intuyendo la dirección de nuestra charla.

-Nos vendrán bien,sí.

Como si el destino quisiera unirse a nuestra conversación,curiosamente empezó a sonar “Like a rolling stone”,a lo que Alfredo reaccionó llamando mi atención levantando su dedo índice apuntando figuradamente a la canción.

-No direction home -recitó sonriendo de nuevo cargado de ironía.

De pronto sentí unas ganas terribles de fumar que ataqué cogiendo un cigarrillo de los de Alfredo,a pesar de haber cumplido ya mi cuarta semana sin ponerme uno en la boca.

-He encontrado un trabajo allí, -empezó a contarme él- distinto a lo que hago aquí. Ya tengo visto un apartamento...todo lo necesario para el traslado...vamos,que tengo el terreno preparado. Hoy me he despedido en mi empresa,les ha pillado un poco fuera de juego,porque no lo esperaban,pero no les he dado ni les voy a dar explicaciones,ni a ellos ni a nadie. Tío,quiero desaparecer,romper la baraja y empezar otra partida. No es una fiebre ni ningún ataque repentino,es algo que vengo planeando desde hace varios meses,que ya sabes que no hago las cosas alocadamente.

- Y a Silvia... ¿no le has dicho nada?Alfredo...tío...

-Ni a Silvia ni a nadie. Bueno,sí,ahora a ti..

-Pues no creas que me siento muy halagado, - le dije- que más que un gesto de confianza y amistad parece un marrón de cuidado.

-No,no lo tomes así,no quiero que digas nada y no tienes por qué hacerlo,actúa como si no lo supieras. Si te lo digo es porque necesito contarlo a alguien antes de marcharme para no pensar más tarde que debí hacerlo y sé que tú eres la persona adecuada.

-¿Tú familia tampoco sabe nada? -quise asegurarme.

-No,nadie. El jueves desapareceré. Supongo que se armará cierto revuelo los días siguientes,pero no me preocupa,la verdad. Además,que será fácil dar conmigo,por aquello del rastro bancario y esas cosas,así que pronto sabrán que estoy vivo y que si me marché fue porque quise,y como yo estaré en el quinto coño,pues nadie irá a pedirme las explicaciones pertinentes.

La tranquilidad con que Alfredo me contaba sus planes no me era extraña. Él siempre había tenido esa habilidad,envidiable por otra parte, para los asuntos que al resto nos pondría cuanto menos bastante nerviosos,y el hecho de tener planeado que la tierra se lo tragase de la noche a la mañana no era para menos,pero como digo,ahí seguía Alfredo destripándome sus intenciones como el que habla del último libro que ha leído.
Estoy convencido que a todos se nos ha pasado por la cabeza en alguna ocasión semejante idea. Es tentador,sin duda,empezar otra vida,en otro lugar,con otras normas o incluso sin ellas,crear un punto de partida a mitad del camino pero con la ventaja de contar con la experiencia de lo anteriormente recorrido y de que eso no sea un lastre para seguir avanzando si no más bien un pequeño manual de instrucciones.
Claro,que luego pasa lo que pasa,y tras la euforia onírica suele venir el bajón de la falta de valor,fuerzas o ,por qué no,medios para afrontar con todas las consecuencias que debe acarrear el reinventar tu propia vida de arriba a abajo. Al fin y al cabo,y salvando las distancias,claro,vendría a ser como un suicidio,con la salvedad de que no hay ningún cuerpo que enterrar después.

Oyendo a Alfredo uno podría pensar muchas cosas.
Por una parte sería incomprensible su decisión de marchar. Su trabajo,sueldo y nivel de vida nos provocaban ciertos “celos” a todos sus conocidos y amigos. Desde hacía un par de años salía con Silvia, arquitecta técnica, inteligente y encantadora,con el plus de ser bastante guapa y atractiva, y con la cual mantenía una relación que a buen seguro no le agobiaba. Disfrutaba de sus hobbies, disponía de tiempo y dinero para hacerlo. En definitiva,lo que visto desde fuera podría definirse como una vida bastante...”satisfactoria y agradable”,por no llamarla envidiable.
Luego estaba la otra parte,la que en su mayoría el resto de la gente desconoce,y que es la que le empujaba a llevar a cabo su nuevo plan. El afán aventurero quedaba descartado,pues Alfredo tenía otras opciones para saciarlo. ¿ Vacío personal? Bueno,cada uno sabe lo que pasa dentro de su cabeza y ahí...(...)
Alfredo la verdad no aparentaba ser de esas personas que necesitan contar todos sus problemas a ningún confidente,de hecho no lo hacía. Obviamente alguna que otra vez habíamos hablado de temas muy personales,pero más por el hecho de la confianza o de aclarar alguna duda que por la propia necesidad de tener que hacerlo. Por otro lado,supongo que el hecho de haber perdido a su madre hacía un año,que su padre había fallecido otros cinco atrás,y ser el menor de cuatro hermanos,de los cuales los otros tres ya tenían sus vidas encarriladas y con sus propias familias y que ,aunque mantenían contacto frecuente,estaban algo distanciados,también facilitaba tal decisión,pues imagino que a la hora de hacer borrón y cuenta nueva con tu propia existencia,de las primeras cosas que uno debe pensar,seguramente será en la reacción y posibles daños a la familia.

Y como sin duda a veces el rostro delata nuestros pensamientos...

-Va,tío,que no te cuento esto para que te preocupes,ni siquiera tienes que entenderlo. Ya sabes que soy de ir por libre,y mira,ahora más que nunca.

-No,si no trato de entenderlo,conociéndote sé que está de más eso,- le dije- pero eso no quita que deje de sorprenderme.

-Ya,vale,pero tampoco te tomes esto como una despedida,que sí puede serlo,pero...

-Sí,sí lo es,- le corté- de no ser así no me habrías contado nada. A ver,Alfredo,que no me voy a poner idiota ahora ni sentimental,pero te conozco muy bien, y sé que esta es la última vez que tú y yo hablamos. Sí has decidido desaparecer...tú no te dejas encontrar.

Alfredo sonreía, otorgándome la razón con la mirada .

-Bueno,sabes que yo tampoco voy a preguntarte nada.

-Claro,por eso esta conversación- agregó él.

Y ya no sabría decir si fue que comenzara a sonar “Radio ga-ga”,canción que,curiosamente, detestamos los dos,o que ambos empezamos a pensar que tampoco valía la pena seguir dando vueltas al asunto lo que nos hizo proponer casi al unísono cambiar de aires.

-¿Vamos a “Ziggy”?

-Vamos – contestó Alfredo.

-Sí,que además hoy es viernes y seguro que estará tocando alguna banda -dije.

-Pues oye, no me vendrá mal, que lo cargaré a los cuarenta euros de Van Morrison y así igual me doy por satisfecho.

-Pues como nos salgan “ranas” verás tu que risa te va a dar .

-¿Risa? La risa te va a dar a ti con todo lo que me quejaré en el viaje de vuelta -soltó entre alguna que otra carcajada. -Bueno,va,que nos quede el consuelo que en “Ziggy” sí hay Flor de Caña – comentó.
Joss24 de octubre de 2010

Más de Joss

Chat