A Vueltas Con la Vida
(microrrelato)
Las mañanas, si no llueve, salgo, casi al amanecer, a pasear por el bosque antes de ir al trabajo. Doy varias vueltas con la sola intención de poder encontrarla. Ella vive allí, junto a un árbol caído que le sirve de tálamo y morada.
La primera vez no la reconocí, estaba consumida como una estrella por un agujero negro, los andrajos la ocultaban del frío
y de la realidad. Sus ojos verdes jugaban al escondite con la negrura de sus ojeras. La que llegó a ser mi sueño, no era ya sino una sombra devastada por un presente cruel y antojadizo.