¡al Rico Barquillo!
(microrrelato)
11 de mayo de 2017
por jucapega1963
Desde ese día nadie vende barquillos en el Parque del Retiro. Juan el barquillero se cansó de vocear sus barquillos de vainilla y canela la tarde que se enamoró perdidamente de Pepita la quiosquera. Dicen las malas lenguas que fue un amor a primera vista, aunque fue más bien visto y no visto. Ambos desaparecieron como por encanto, y hay quien afirma que, desde entonces, recorre las verbenas de Madrid un apuesto y solitario barquillero cuyo negocio va de mal en peor, porque del fondo de su barquilla surge una voz desgarradora que grita a los cuatro vientos: barquillos de canela, mucha cautela; barquillos de vainilla, qué pesadilla.
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¡quÉ Iluso!1654 lecturas, 4 comentarios, 1 lo recomienda
Espectacular relato. Yo lo he entendido como dos amantes que deciden partir hacia la muerte, el único espacio donde serán uno solo sin que puedan separarse y nadie los moleste.