En mi pecho oculto un pozo,
como una fosa oceánica,
donde anidan las sirenas,
furias, demonios
y hadas.
Pozos oscuros del alma,
de luna negra,
de noche clara.
Pozos que juegan con olas,
con espumas,
con palabras.
Pozos,
desiertos de arena,
que guardan secretos
y páginas.
Pozos que huelen a rosas,
a libros, a estrellas,
y lágrimas.
Pozos sin fondo,
vacíos...,
que esconden deseos
de plata.
Guaridas inciertas,
celosas...,
de pasiones desatadas.
Llévame a ese pozo, niña,
que los sueños me delatan,
y quiero saciar la sed
de este amor,
que ahoga sin agua.