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Aforismos I

Me propongo, (ya veremos si lo consigo), compartir de vez en cuando algunas reflexiones sobre frases o sentencias a modo de aforismos. Serán la mayor parte de las veces de cosecha propia.
No servirán mas que de válvula de escape, de válvula de seguridad para evitar que me reviente la cabeza.
Comenzamos:

¡Qué sería del guerrero
sin la espada del herrero!

Visto así, de repente, no creo que a nadie más que a mí le diga algo este aforismo. Pero, aparte de ser un pareado de dos octosílabos, para mí tiene mucha miga.

En lo social:
Nuestra sociedad, la occidental al menos, tiende a la elevación a los altares olímpicos y a la veneración del héroe. El héroe es hoy el que destaca, el triunfador, a quien ponemos como ejemplo de lo deseable para nosotros mismos. El líder político, el deportista, el artista, el famoso. (Hemos bajado mucho el listón del héroe).
El Guerrero en suma, el que antaño fue reverenciado y temido por su valor, su determinación, sus victorias conseguidas por su espada. Espero que alguien haya reparado en las comillas del último su. Es ahí donde voy a poner el énfasis. ¿Qué tenía la espada de suya mas que la propiedad? La espada era del Herrero. Era del herrero de manos encallecidas y quemadas, era del herrero sudoroso que con su trabajo y conocimiento (ancestral y transmitido como un tesoro) la había forjado. Heredero del saber antiguo, del conocimiento, de la técnica, del proceso que llevó del cobre al bronce, del bronce al hierro y de este al acero. ¡Pero nadie canta las hazañas del herrero!
Nuestra sociedad no valora el esfuerzo y el trabajo de quienes realmente la sostienen, nadie admira al que hace posible las cosas, sino al exitoso usuario final.

En lo personal:
Bueno, a nivel personal evidentemente admiro más al herrero que al guerrero. Quizás porque me siento de su mismo gremio. Pero, más allá de eso, admiro a aquellos que ocupan su vida en construir sin poner la mira en los honores, por encima de aquellos que triunfan con las espadas de otros, y jamás reconocen que son lo que son porque están sobre los hombros de muchos que hicieron calladamente su trabajo.

Podría seguir y seguir& pero el manómetro de la presión cerebral me dice que ya está bien, que hoy no reventará.
Jucatohi04 de julio de 2016

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