¡Cuánto bien nacido
hay en nuestra España!
¡Cuánto bien nacido
de cuán baja calaña!
Por alta fuere su cuna
sus almas no fueron altas,
forjando la su fortuna
infligiendo graves faltas
al hombre de cuna baja,
al que con sudor se aflige,
al que con dolor trabaja,
al que su vida no elige.
A este con desprecio miran
porque sus manos se mancha
con aquello que ellos tiran
y su vanidad se ensancha.
Viven de quienes desprecian,
sintiéndose protegidos,
sin ver los vientos que arrecian
contra los muy bien nacidos.
La paciencia colma el vaso
y se mira a las almenas,
se barrunta ya el ocaso
¡panzas de lo nuestro llenas!
En tierra o cielo cumplido
sea que su culpa plaña
cuanto bien nacido
hay en nuestra España.
A parte de que es una composición muy bien estructurada y construida, me gustó ese toque que te recuerda a la españa antigua porque parece que quiere decirte que aunque el tiempo haya pasado, se haya avanzado en muchos ámbitos de la sociedad (y se haya retrocedido en otros), el poder y el peso del bolsillo siguen marcando la diferencia; eso no ha cambiado (ni cambiará, tristemente).
Me ha dado qué reflexionar, gracias.