Un punto flotando en la totalidad de la nada, inmerso en el vacío cósmico de lo indefinible, sustentando un sentimiento místico al abrigo de la omnipresencia inmiscible y transparante de la determinación. Punto fugaz en el recuerdo de planos paralelos que hace a consciencias puras perderse entre los laberintos de la inconsistencia.
Vive en el reflejo de las almas sobre la candidez de la quietud, sólo rota por la viveza de los momentos, añorando retomar, quizá en algún instante no exacto y perdido, quizá nunca y en el olvido, la placidez de la calma. Muere en el anhelo de la plenitud sin frontera de tonalidades y formas que se ofrendan ante su ser.
Un punto, sí. Un punto al fin y al cabo. Un punto y nada más. Un punto y final.
Lógica filosófica sobre un punto. Buena descripción.