El tiempo transcurre tan rápido que va rajando las expectativas a su paso, a la ráfaga de cronos nada la detiene y corriendo libre por los campos de la experiencia crea y destruye, traza su ruta con vidas y muertes, con recuerdos y olvidos. Al tiempo le emociona la empecinada búsqueda por el devenir de la historia y ansioso avanza en la conciencia activa y colectiva. De los campos de flores del pasado solo queda un recuerdo, las aventuras del tiempo sobre los prístinos e inhabitados continentes quedaron atrás, las pacífica aldea animal ha quedado plasmada en el arte del pasado.
Hoy sortea como obstáculos los edificios de las metrópolis, la injusticia y la maldad, la inactividad de los cuerpos, las pantallas y la sangre que se queda, busca la justicia en el cumplir del cometido, el héroe es el justo incansable que lucha contra el pantano que martilla, palpita y reclama estático e inmóvil. Estar solo es circunstancial, todo es cambio. Los encuentros en el viaje son decisivos, transforman las rutas y el devenir del personaje. El tiempo es un viajero que se mueve hacia adelante, pero también escucha silencioso y aprende de sus errores. El tiempo habla y grita: Somos capaces de conocer el futuro cuando estamos dispuestos a aceptar la responsabilidad de nuestros actos en el. El viajero tiempo, el héroe de siempre aún recorre el verde continente llamado destino con su espada de justicia y su capa rojo fuego.
Muy bueno, muy expresivo.