Sandor
Nunca te había leído, pero esta vez además de leérte decirte que tu poema tiene ese amargo sabor de las derrotas que conozco en primera persona. El desgarrón es amplio, como las dentelladas de esa gran metáfora: su perro.
Un placer
Carlos, desde Oviedo, mi rincón de España.
11/06/14 02:06