Corté las cuerdas
que me aferraban a ti.
Desaté todos los nudos
que me hiciste.
Tras esa cara de niña
se escondía un demonio
con malicia, un engaño
que tardé en descubrir.
Rompí de mi mente tu imagen
arranqué de cuajo tus recuerdos,
hice de ti un vacío profundo
en el que perderte.
Me armé de valor
y salí adelante, entre suspiros,
esperando recuperar a cada momento
el aliento.
Ya puedo sentir
las ansias de revivir,
de resurgir de mis cenizas,
las que un día tiraste
pero que ahora te llenan
por dentro porque sientes el miedo
al estar sola, porque de ti me aparté.
