Sumido en mis pensamientos como quien se encierra en un cuarto oscuro en busca de soledad, reflexioné y llegué a una conclusión. Me di cuenta, aunque tarde, de lo rápido que pasa el tiempo sin dejar huella. Hay quienes dicen que la vida son dos días, pero mi punto de vista es que si fuera así, entonces el primer día nacemos y al siguiente morimos. No, no pasa tan rápido pero hoy que busqué todos mis recuerdos dentro de mi ser, solo hallé unos pocos. Como es posible que no fuera capaz de numerarlos en orden sin ni siquiera acordarme de todos ellos. Son tantos que me pasaría todo lo que me queda de vida encontrándolos. Si que es verdad que siempre queremos recordar lo mejor que nos ha pasado, pero como toda persona en este mundo y todo ser, disponemos de una parte buena y otra mala, aunque muchas las escondan. El yin y el yang dentro de nuestra persona. Lo que siempre sacamos a relucir es el bien pero por dentro hay algo que cambia, una rabia interna que lleva prisionera durante mucho tiempo que solo espera salir de la jaula y manifestarse. Os aviso de que ese preciso momento llega cuando uno explota, cuando te sacan de quizio o se han pasado contigo mucho, piensas que es hora de sacar el animal que llevas dentro. Solo nos sirve durante un momento, porque enseguida se pasa y de pronto vuelve a encerrarse. Es nuestra mas letal armadura, el miedo y panico, en este estado, huyen atemorizados ante nuestra maldad. No es bueno ser malo pero si que es verdad que en mas de una ocasión nos ha ayudado mucho. Plantar cara cuando halla que hacerlo y no en el momento equivocado. la vida vino hecha con la esencia del bien y la del mal. Es cuestión de equilibrio, una balanza. Si solo existiria el mal que seria de la vida sin sus contratiempos, y si todo fuera bueno ¿de que serviría nuestras ganas y sacrificio que empleamos para luchar por lo que queremos? Pararos a pensarlo un momento.

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