Preciso calma, que la prisa espere
a que yo le marque un ritmo a mi vida
pues correr es encontrar la caída,
es ahogar la paciencia hasta que muere.
Preciso paz, tranquilidad que impere
cubriendo de sueños mi alma dormida,
reinando este silencio que respira
y borrando el desorden que interfiere.
Descanso, que el aliento recuperas,
perfora el tiempo y extingue las horas,
lenta corre la sangre por mis venas.
Tú, que entre nubes de algodón esperas,
que con un silbido mi mente moras
susurrando: las prisas no son buenas.