Se despertó sobresaltado, con su imagen grabada a fuego en la retina. La figura de esa muchacha, alta como ninguna, hermosa... que le observaba desde la distancia, misteriosa. Ven, ven- le decía, pero nunca la alcanzaba. Harto ya de que todas las noches fueran iguales, en las que sabia que iba a ser tentado pero no recompensado; decidió que no sufriría mas por ella. No dormiría. La falta de sueño le debilito de tal modo que al borde de la muerte quedo y en su lecho reconoció la figura que lo observaba entre lágrimas.
-No regresaste- le dijo ella.
-Tú me obligaste- replico él.
Entonces, cayó en un profundo sueño del que jamás despertó. Su último pensamiento fue... Que lástima haber necesitado a este tercero para alcanzarte, tan cerca te tuve y tan lejos te quedaste.