Dueños de la Vida, Dueños de
la Muerte
20 de noviembre de 2008
por khas
Hoy se cumplen 6 años de la desaparición de mi viejo.
En ese entonces, él estaba subocupado, con problemas de depresión por la pérdida de un hijo y sin un mango en el bolsillo.
A pesar de que yo siempre estuve a los tirones con él, hoy puedo decir que tengo la necesidad de tener un padre.
Lamentablemente, las circunstancias de la vida me demostraron que quienes son los dueños de su vida son también dueños de su muerte.
Pues, ¿a quién le importa cuando muere un hombre pobre, que toda la vida fue esclavo de patrones explotadores, dónde está la paga para el sacrificio?
Yo escribí, con cierta resignación, un miniensayo sobre la retribución de los esfuerzos. Mantengo mi posición, sobre la falta de relación entre lo que padecemos y lo que recibimos a cambio.
Mi viejo se murió en un hospital público, con carencias, como había vivido, y no pude hacer nada para remediarlo. Dejó a la madre de sus hijos sola, en la peor de las crisis que vivió mi país, conmigo por único sostén (aunque debo considerar una bendición la mano de mi abuela), con su hija a un mes de cumplir los quince y a mi hermano menor con 8 años...
¿Quién está para consolar a una familia destruida?
¿Dónde estaba Dios? ¿Acaso dormido, acaso atendiendo las necesidades de los miembros de una religión partidaria?
Si Dios es uno realmente, ¿por qué aún los seres humanos discutimos sobre pertenecer a tal o cual división de la doctrina cristiana creada por hombres?
¿Acaso mi viejo no se merecía una mejor atención que la que recibió por parte de la comunidad?
Estas reflexiones me llevan a las siguientes conclusiones:
1) Si sos pobre, morite, pagá la tasa municipal y tendrás derecho a pudrirte en un cementerio público por cinco años. ¿Acaso precisás más?
2) Si tenés plata, pero cómo, se murió el Apóstol, pero qué macana, qué dirá la Juventud, es una lástima, háganle honores, será recibido en el Cielo por Dios mismo, con todo lo que eso conlleva, entiérrenlo junto a sus seres queridos en el mejor lugar del Cementerio Privado La Cadorcha, para que los feligreses se conmuevan viendo su estúpida figura en su lápida de mármol, que somos muchos los que perdimos...
Conclusión general:
El que tiene guita de vivo, la tendrá de muerto, será recordado aunque haya sido un sorete, el que no la tuvo será por siempre olvidado, porque ratas se mueren todos los días, ¿y a quién le importa?
Por eso, se muere como se vive, y la clase social nos marcará hasta la tumba.
Tanto tienes tanto vales, no deber?a ser asi, todos somos humanos.
Pero a ojos de ? Dios ? si no tienes no te ve.
saludos