Finalizada la distribución de mi poemario "El Mercado de San Agustín" vuelvo poco a poco a mi vida ordinaria.
Ayer domingo fui a cubrir un simulacro de campo de refugiados que se organizó en los Jardines de Méndez Núñez, donde participé como extra en la filmación de un vídeo.
Independientemente de estas ocasionales colaboraciones, dispongo de mucho tiempo libre. Aunque dedico hora y media diaria a dar clases de español a inmigrantes con Ecos do Sur.
Tiempo libre que invertiré en escribir aunque de momento estoy muy ocupado en la distribución del citado libro.
El caso es que como es muy difícil y carísimo que te distribuyan un sólo libro, me dedico personalmente a llevar los libros a las librerías de A Coruña, que quiero que lo vendan.
Además he dejado definitivamente el gimnasio, porque era carísimo y porque tengo una lesión en una rodilla de la que no acabo de recuperarme.
Más tiempo para mi.
En tiempos en los que no escribo me dedico compulsivamente a leer.
Apoyado y aconsejado por la Biblioteca Municipal de Los Rosales, me meriendo cinco libros a la semana, por lo menos uno de ellos de Poesía.
