Ayer por la tarde hice mi habitual compra de comida en el hipermercado Carrefour, del coruñés Centro Comercial Los Rosales.
Me compré unos pantalones por un precio ridículo y traté de comprarme unos zapatos pero no había talla 46, por lo cual desistí, si bien al salir del hiper, a veinte metros acudí a una tienda donde arreglan suelas de zapatos. Y quedé en bajarselos más tarde.
La principal ventaja del Carrefour es su precio. Por 70 euros tengo comida y leche para toda la semana. Además te lo llevan a casa.
Todos los que compramos en Carrefour tenemos un físico parecido: Incipiente obesidad, de comer comida estandar.
Mi recorrido siempre es el mismo: Pizza, helados, leche, frutería, queso y membrillo, filetes de pollo, galletas, azúcar, café, pasta, productos de limpieza -lo más caro-, cervezas, vino y ocasionalmente whisky...Si estamos a primeros de mes picoteo muchos más productos y si estamos a finales a un régimen mucho más estricto.
Me olvidaba de las patatas y de las naranjas de zumo.
Tarjeta Compra, VISA y para casa. El reparto siempre llega tarde. Y yo como me desespero les llamo para decir que si sabían cuando venían...Me contestan exactamente lo mismo en cada una de las semanales ocasiones: El horario es de 19.00 a 21.00. No se preocupe debe estar al llegar.
Finalmente llega el repartidor al que siempre le doy dos euros para que se tome una cerveza. Cuando llega habitualmente estoy en clase de gallego, pues compro los jueves y coincide.
Integración.
