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Al descubierto
tendidos mis pensamientos
en tu regazo
descubro
la immensidad
de este medano blanco,
sugerentes dunas emergen de tí.
Cansada,
me muevo buscándote
para al fin encontrarte perdido,
como muerto
en la penumbra;
sobreviviente
al acto de amarte
me declaro en huelga:
¡harta de quererte!
harta de tenerte sobre esta misma cama
sobre este mismo techo
harta de conocerte
pero al mismo tiempo
tan insatisfecha de tí....
A lo lejos de la noche
dos amantes
muro a muro
en esta estrecha habitación.
Este tibio lecho
ya no es tuyo,
tampoco es mio
se enfría...
se te escurre tu mujer por la puerta
día a día
nuestra suerte ya está echada.
Sin tonterías ni lamentaciones
amanece
el café te impregna la ropa
y ya he acomodado
lo mejor de nuestros años en poco espacio,
avanzo hacia tí
con una palmada en la espalda
como sellando este tácito acuerdo
esta vez
tendrás que encontrar solo
el camino a la puerta
me miras como preguntándome
¿por qué?
sentada y sin inmutarme
disfruto este aroma,
llevate todo...
ya no necesito mas nada
