Vivimos en una sociedad muy alejada de la realidad, estamos muertos, en el sentido más literal de la palabra. Ya no sentimos, no amamos, no sufrimos, no queremos, no hay dolor, ni amor, ni rencor, ni siquiera odio. Estamos muertos. Nuestra alma no está, no somos más que un cuerpo controlado por la sociedad, como unas marionetas en un simple teatro. Hacemos lo que vemos, lo que oímos, lo que nos dicen. No vivimos, ni sentimos, ni amamos, ni sufrimos y ni siquiera odiamos. Odiar el qué? Odiar la sociedad que nosotros mismos hemos creado.
¿Vivir? Vivir una vida en la que somos solamente esclavos.
¿Amar? ¿A quién? A todas esas personas que nos prometen la luna, y no nos regalan ni siquiera el pétalo de una flor.
Ni siquiera sentimos dolor cuando tenemos una caída, nos levantamos como si no hubiese pasado nada e intentamos seguir para adelante. viviendo que no lo estamos haciendo.
Nadie puede decir que está viviendo, cuando tenemos miedo a decir lo que pensamos, por ser juzgados. Cuando no podemos hacer las cosas que nos gustaría porque no tenemos los medios suficientes para hacerlo... ¿a eso se le llama vivir?
A respirar día a día, a seguir con nuestra rutina, rutina de la que no nos atrevemos a escapar, por miedo. Miedo a quedarnos sin nada, que es a lo que nos exponemos cuando queremos dejar todo atrás para empezar un 'algo nuevo' que todavía no estamos seguros de si existe.
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