Beth
Creo que te entiendo, aunque el dolor de una persona no es igual nunca, ni siquiera parecido, al de otra. Y tienes razón, todo está destinado a terminar...hasta el dolor. Llega un momento en que duele menos y al día siguiente un poco menos. Y de repente un día te levantas y ya no hay dolor, solo el leve cosquilleo de la herida que está cicatrizando. Ánimo
28/10/12 05:10