Reseteo
Uno de los temas que toca el famoso programa, Casi Ángeles, es el reseteo de las personas. Esto quiere decir, implantar personalidades nuevas y borrar ciertos sucesos o recuerdos de modo tal, que vivan en un mundo feliz y aquello vivido no exista más.
¿A qué se llama mundo feliz?, a un mundo de mentiras y falsedades. En donde uno cree que ser feliz, es ser consumista. Pero no, nos olvidamos de los amigos y de lo más lindo del mundo, el amor y la libertad de uno mismo.
Yo no creo en un mundo feliz, sino que cada persona crea ese mundo para sí mismo. Es uno el que tiene que estar contento y satisfecho por su vida y no vivir de la felicidad del otro.
Estoy seguro que nadie quiere un reseteo, sino olvidarse de algunos momentos malos que marcaron nuestras vidas de algún modo. O están aquellos, que dicen que no se arrepienten de nada, que lo hecho, hecho está. Aunque yo no lo veo de esa forma, siempre hay algo de lo que nos queremos olvidar, de un pasado que nos perturba y no nos deja avanzar, es algo que nos agarra bien fuerte de la mano y no nos deja escapar, pero hay que ser fuerte y luchar contra eso que nos impide seguir.
¿Quién no quiso alguna vez que aquellos malos recuerdos desaparezcan? Desaparecer por un rato del mundo y que lo que ocurrió, ya no este más en nuestras cabezas. Más de uno, por problemas familiares, amorosos, buscan la salida más fácil pero no se dan cuenta que esa decisión puede afecta a su entorno. La solución no es escapar a los problemas, sino enfrentarlos. Romper con las cadenas y ser fuerte pese a las adversidades.
¿Qué logramos con escapar de aquellos recuerdos? Absolutamente NADA, todo lo contrario. Nos van a perseguir por el resto de nuestras vidas, a no ser que uno se ponga firme, y diga HASTA ACÁ LLEGÚÉ. Y ahí es cuando la decisión es madura y peleamos mano a mano. No digo que es fácil, claro que no.
Pero no hablo de facilidad o dificultad, hablo de la valentía y el poder que cada persona tiene sobre sí y a veces con los miedos, nos olvidamos de aquello tan lindo que tenemos y tan extinto parece estar.
El paso del tiempo, me enseñó que en la vida, los problemas hay que afrontarlos sin miedos, gritar, agarrar coraje y pelear por lo que uno en verdad quiere, y defender lo que tanto nos costó. Me enseñó a decir lo que quiero, a ser libre de querer expresarme y que los malos recuerdos, si uno en verdad quiere, se van.
