Diesel
Jeje... el desorden de la casa y de las cosas. Buen poema de desaire informal y custodiado por la existencia de la sorpresa existencialista. me gusta eso de que el perro pare las orejas cuando la mujer grita y cae la pistola sobre las losa. Es un final lleno de asombrosa inteligencia. Un abrazo.
29/01/09 12:01