Fue mi albor de papel
y tú encuentro un acierto,
tus besos en mi piel
y tu inocencia fue el pretexto.
Los dobleces del ayer
fueron molde de mi vida
amor no te pude comprender
hoy queda nostalgia y agonía.
Fue la angustia de tu huida
trago amargo de mi fe,
la ilusión arrepentida
de un amor de papel,
y los tragos del dolor
destrozaron mi alma
Los versos de mil cartas
se quemaron al temblor
de mi adiós y rojas lagrimas.
Fui aquél quien imagino
Una diosa que no estaba,
Errabundo fue el destino
Mi lamento aturdido colmaba
de espinas mi ceñido camino.
Ahora sé mi corazón ya no latía,
¿Para que dijiste?
nunca dejes de amar alma mía.
Cuando plegando mi alma se rompía