Querido sol, conozco una estrella ahi arriba que brilla más que tú. Y no le hace falta ser enorme, destacar entre el resto de luces parpadeantes. Cuando llega la noche, no le hace falta ser una estrella fugaz para que puedas pedirle un deseo, ella prefiere quedarse, pasear lentamente por el firmamento y observar cada pequeño detalle que sucede aqui abajo. No le hace falta llevar lucero para ser un ángel, ni tampoco que la adoren para hacer milagros. Esta estrella de la que te hablo, solía conquistar el mundo con su tierna fragancia. Y con su sinrisa, iluminaba cualquier lugar por el que su alma caminase. Ese espiritu que me acompaña, esa fuerza que me transmite desde lo más alto del infinito, no me lo transmite nada. Y es ella, querido sol, más bella que la luna en su cuarto creciente. No necesita provocar mareas para tener función sobre el mundo. Ella ya lo hace todo con su delicada mirada desde lo más profundo del recuerdo... Y es esta estrella, la que yo conozco; la que brilla más que el sol, la que destaca por su asombrosa ilusión, la misma estrella que todos los dias me ilumina, me centra me mima y me cuida antes de irme a la cama... Buenas Noches abuela.

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