Cuando das tanto por una persona piensas que vas a recibir lo mismo de ella. Eso sólo ocurre en las películas románticas, en las que desde que empiezan te das cuenta que el chico y la chica acabarán juntos aunque hayan pasado cosas inverosímiles. Pero esto es la realidad, y en esta vida esas cosas no pasan. Es muy raro ver amor de verdad en una pareja porque, por una razón o por otra, al final siempre acaban rompiendo, sin hablarse e incluso llegan a odiarse. Es muy triste pensar que si das tanto por esa persona algún día lo conseguirás y ansías con todas tus ganas que ese momento llegue. No te importa sufrir, soportar malas caras de tus amigos, peleas con ellos e incluso tragartecosas que no te hacen ninguna gracia, pero todo lo haces porque estás convencido de que ese día llegará. El problema es que ese día nunca llega y tú sigues ahí como un tonto haciendo lo que pide y quiere, aunque sabes que eso no sirve para nada, pero lo haces. Y todo, ¿para qué? Para que llegue cualquier día en el que esa persona con la que tantos momentos has compartido se vuelva la persona mas detestable, y que acabe dandote asco asta pronunciar su nombre. En ese momento, abres los ojos y piensas lo gilipollas has sido. Por una parte te alegras porque eres libre, pero por otra sientes impotencia de no haber conseguido lo que querías después de haber dado tanto. Pero qué le vamos a hacer, la vida es así y cada uno tiene que asumir el papel y el destino que le toca.
No entregues todo de un jalón. Sí entrega todo, porque de esa manera es como se ama realmente, pero conserva diariamente un poco de amor para ti. Veras que las cosas cambian y mucho. Suerte!
