Los Celos de Las Estrellas.
La Luna comenzó a mostrar sus destellos por el perdido horizonte de las montañas.
Dos velas iluminadan aquella habitación en la que una chica estaba sentada frente a un piano algo viejo pero poderoso. Tenía la mirada tan pensativa que sus ojos no aparentaban brillo alguno, tan sólo una fina capa húmeda los acompañaba. La chica aporreó, con sus pequeñas manos, acordes disonantes una y otra vez. Estos hacían un ruído que chocaba en las paredes y volvía arañándole el alma desmesuradamente. Hubo un momento en el que la paz se adueñó del lugar y ocupó el espacio vacío que había dejado el odio en su interior. Ella volvió a contemplar aquel cielo oscuro e infinito y comenzó a tocar una sonata en homenaje a la Luna. Sabía que ella la escuchaba, se sentía orgullosa y esto provocaba los celos de las estrellas.
De nuevo un silencio profundo llegó a invadir todos los rincones de aquel lugar, las velas se apagaron consumidas por el fuego y ella siguió allí... viendo aquella estrella que brillaba por ella todas las noches y que el día menos esperado, brillaría también para alguien más...
