Dar lo que no tengo,
Es mentirle a mis deseos,
De perderme en tu cuerpo…
Como aquel día,
Amanecíamos a la luz de las velas,
Planeando tantas fantasías,
Y ahora las desafiamos,
Con nuestro amor,
Impregnado de valentía…
Son tus palabras,
Cada instante de ti,
Me enseñas que engalanas,
Con un beso suave,
Recordando en lo lindo,
De los bellos momentos,
Que a tu lado estuve…
Aun así en tus sueños,
Por la eternidad anduve,
En tus caricias tu presumes,
Que yo por ti daría,
Lo que aun poseía…
Hoy te digo que no,
Solo regalaría,
Lo que en la existencia,
Yo mucho lucharía,
A ti te lo obsequiaría…
¡Vamos¡
Cada noche a gritarle a la luna,
Como se ama en las penumbras,
Que la luz no se percibe,
Solo donde un rayito de luz existe…
¡Camines¡
Tomados de la mano,
Como deberíamos andar,
A cada rato…
¡Hablemos¡
Sin la voz elevar,
Solamente nuestro amor cultivar,
Comprendiendo una mirada,
De deseo apasionada…
¡Bésame¡
Junto a tu cuerpo,
Poco a poco acércame,
Mientras piensas,
En como tu alma en la mía,
Sutilmente tatuarla…
¡llevame¡
A donde dios decida,
Que nuestra respiración,
Por la eternidad nos regale,
Millones de días de pasión…
He aquí todo mi amor,
En nombre de lo que no podré,
Materialmente poseer,
Mis pertenencias las tomaré,
Y a mi mundo te adaptaré,
Para que después de mis últimos días,
Mi vida también te regalaré…
Querida Lis, intenso poema, todo amor y entrega...de los que duelen
Saludos
Antonio